
martes, 30 de julio de 2013
Extraña Adiccion: Mantiene Una Relacion Intima Con Su Coche

Adiccion al plástico

Kaylin se define como una chica normal de 18 años que esconde un extraño secreto: no puede evitar comer plástico. Su afición a la ingesta de este material empezó cuando tenía unos siete años y ha llegado hasta tal punto que la propia joven reconoce que es víctima de una extraña adicción.
“No es por cómo sabe el plástico, sino la manera en que lo como, pues es duro y suave al mismo tiempo”, asegura Kaylin.
Durante los últimos once años, la joven se ha comido 12 mandos de control remoto, más de 5.000 adornos de pulseras, más de mil espadas de cóctel, cien tenedores, una decena botellas de agua, dos chupetes de bebé o unas 50 perchas, entre otros muchos objetos de este material. Así, hasta alcanzar las alrededor de 60.000 piezas que se estima que ha consumido en todos estos años.
“No es por cómo sabe el plástico, sino la manera en que lo como, pues es duro y suave al mismo tiempo”, asegura Kaylin.
Durante los últimos once años, la joven se ha comido 12 mandos de control remoto, más de 5.000 adornos de pulseras, más de mil espadas de cóctel, cien tenedores, una decena botellas de agua, dos chupetes de bebé o unas 50 perchas, entre otros muchos objetos de este material. Así, hasta alcanzar las alrededor de 60.000 piezas que se estima que ha consumido en todos estos años.
Adiccion a beber esmalte de uñas.

Cinco años atrás Bertha sintió curiosidad por probar cómo sabía el esmalte de uñas, al sentirse atraída por su olor. Desde entonces su adicción se ha intensificado, llegando a consumir hasta cinco frascos al día.
"Tengo diversas formas de tomarlo, directamente del frasco o pintándome la lengua con el pincel. El color hace que cada esmalte sepa diferente, mi color favorito es el azul", confiesa la mujer, quien admite que los esmaltes con escarcha son sus preferidos.
"Cuando lo tomo estoy brillando en el estómago y por fuera", argumenta.
Al interior de su casa puede tener cerca de 15 frascos a la mano, y estima que esta debilidad le ocasiona un gasto de 75 dólares por semana.
"Si no tengo esmalte me vuelvo loca. Lo intenté por un día y no pude", confiesa.
Su madre es la más preocupada por este extraño patrón de conducta. "Ella es capaz de hacer todo por conseguirlo. Incluso robar el mío o el de sus hermanas", lamenta.
El esmalte de uñas contiene químicos que también se emplean para fabricar otros materiales como plásticos e incluso explosivos. Sus componentes pueden causar daños en el sistema reproductivo, además de otros problemas neurológicos y la gran posibilidad de desarrollar cáncer.
viernes, 26 de julio de 2013
Cuando la cinta adhesiva se convierte en un serio problema
Andrea tiene 23 años y es adicta a la cinta adhesiva. Un día, hace nueve años, se le acabó el chicle y comenzó a comer cinta hasta el punto que en la actualidad masca tres rollos al día.
Bibliomania: coleccionar muchos libros.

Gatos y más gatos

jueves, 25 de julio de 2013
Su disfraz

Arrancarse el pelo
Haley se arranca el pelo de forma compulsiva, algo que se conoce como tricotilomanía y que, por lo visto, es una adicción relativamente habitual (solamente en Estados Unidos siete millones de personas sufren este trastorno). Además, la joven Haley se come los folículos de su pelo, algo menos frecuente, y suele pasar unas dos o tres horas diarias en el baño dedicada a este quehacer.
Hablar con la almohada

Blanqueamiento de dientes

Acaparamiento o Síndrome de diogenes

Geofagia
Pagophagia

Adicción a las cirujias plasticas

se puede oir como una niña de 15 años prefiere uan intervencion cosmetica a un viaje o un regalo cualquiera, pero aun asi podria entrar en esta categoria debido a que las personas que sufren esto en su mayoria es debido a un tipo de disformia fisica (es decir que no se ven tal como son) algo parecido a lo que sufren las personas con anorexia y bulimia, ya que buscan la perfeccion a base de cirujias pero jamas la conseguiran
La Tanorexia
Obsesión por los funerales

Adiccion al secador de cabello
Adiccion a oler chicles masticados

Una mujer bebe su orina

Adicción al Jabon

Ha comido más de 1000 piezas de jabón por haber desarrollado una extraña adicción durante su embarazo.
Nicole Bonner, de 22 años, sufre de un desorden llamado “pica” el cual causa que la persona que lo sufre, por lo general niños y mujeres, coma objetos no comestibles.
Según declaraciones de la mujer, ha pasado de comer un jabón y medio por día a sólo medio por día desde que su extraña adicción comenzó.
Nicole cuenta que una vez llevó en un tupper trozos de jabón cortados embebidos en salsa de tomate.
Especialistas dicen que ingerir jabón puede causar graves lesiones en el intestino ya que el organismo no está preparado para digerir esos componentes. Nicole se encuentra luchando contra esta adicción para no perjudicar su nivel de vida.
Una adolescente toma gasolina

Brindis mortal

Personas que comen papel
Polvo limpiador como comida

April disfraza sus miedos

Deliciosa espuma de almohadones

Comer rocas en vez de galletas?
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