viernes, 26 de julio de 2013

Cuando la cinta adhesiva se convierte en un serio problema

Andrea tiene 23 años y es adicta a la cinta adhesiva. Un día, hace nueve años, se le acabó el chicle y comenzó a comer cinta hasta el punto que en la actualidad masca tres rollos al día.
Tras decidir visitar a un doctor por iniciativa de su madre, éste certifica que Andrea tiene un trastorno obsesivo compulsivo muy grave, lo que le causa problemas médicos bastante serios. En caso de no frenar su adicción, su vida podría estar en peligro.

1 comentario:

  1. Hola! a mi me pasa lo mismo tengo una adicción por oler la cinta y masticarla como si fuera chicle:(

    ResponderEliminar